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viernes, 6 de abril de 2012

(III) Alzheimer: Aparición de la enfermedad y Pautas a seguir





Aparición de la enfermedad y Hábitos

Marina Aguilar, Sandra Gil, Genoveva Marín, Ignacio Asenjo, Alejandro del Río (4º ESO)


La enfermedad del Alzhéimer es la causa más frecuente de demencia en ancianos mientras que es una enfermedad rara en pacientes jóvenes. El diagnóstico de este trastorno grave, y degenerativo producido por la perdida gradual de neuronas cerebrales, debido a causas no del todo conocidas, va a cambiar sin lugar a dudas la vida del enfermo y de sus familiares.

La persona enferma sufre un deterioro de sus facultades psíquicas. La pérdida de memoria,  la incapacidad de pensar con lógica, de aprender, de recordar, de planificar su futuro y de controlar los comportamientos complejos, unido a los cambios afectivos y emocionales, producen una importante alteración en la convivencia entre el enfermo y quienes le rodean. 


La forma de aparición de la enfermedad es muy variada y muchas veces es difícil de diagnosticar. Los síntomas que pueden hacernos pensar en la enfermedad de Alzhéimer son:  
  1.  Pérdida de memoria. Es el síntoma más precoz. Son olvidos frecuentes de cosas que acaban de hacer (no saben qué han comido o si han cerrado la puerta con llave). El paciente suele ser consciente de estos olvidos, aunque a veces trata de disimularlo.
  2.  Dificultades para realizar tareas habituales: olvidan guardar cosas en los armarios, tienen problemas para el manejo de los electrodomésticos, van a comprar y olvidan cosas. 
  3.  Problemas con el lenguaje. Tienen dificultad para encontrar las palabras correctas para expresarse. Hacen circunloquios (Dicen el lugar donde se guardan los trajes en lugar de decir el armario). 
  4. Desorientación en tiempo y espacio. Olvidan el día en el que viven y no saben en donde se encuentran. Se pierden con facilidad.
  5.  Disminución del juicio. Toman decisiones incorrectas sobre cosas cotidianas, como elegir la ropa en función del tiempo que hace o saber el dinero que hay que pagar.
  6.  Problemas con el pensamiento abstracto. Son incapaces de hacer cálculos y en ocasiones de manejar los números.
  7. Descolocan las cosas. Colocan las cosas en sitios disparatados.
  8.  Cambios de humor. Sin motivo aparente o desencadenante externo.
  9. Cambios de personalidad. Suelen ser desconfiadas, dependientes y hurañas.
  10.   Pérdida de iniciativa. Normalmente acaban limitándose a mirar la televisión sin conversar ni prestar atención al entorno.



Cuando una persona es diagnosticada de Alzheimer, los familiares y cuidadores deben tener en cuenta cuatro aspectos principales de su vida diaria:

Higiene personal

La higiene requiere una atención especial, ya que una buena higiene contribuirá a que el enfermo se encuentre  bien y mantenga una buena imagen. Además, ésto evitará complicaciones físicas (irritaciones, heridas, infecciones, úlceras), psicológicas (alteraciones de la autoestima, trastornos de conducta como la agresividad o la negación, etc.) y sociales (rechazo, disminución de la participación en actividades y aislamiento social). Es recomendable adaptar el baño a fin de facilitar la higiene y de evitar accidentes.

A las personas con Alzheimer hay que animarlas a mantener su higiene y no perder el hábito diario. Fomentar y estimular las capacidades que poseen en este sentido, les hará sentirse autónomos y seguros.





Nutrición

Para el mantenimiento de la salud y de la calidad de vida es importante un aporte nutricional adecuado. En el enfermo de Alzheimer puede verse alterado este aporte nutricional, perdiendo peso y evolucionando a la malnutrición y desnutrición, a causa de los siguientes factores:
-                       - Ingesta insuficiente: la depresión o ansiedad disminuye su apetito.
-                      -  Elevado gasto energético, debido a la propia enfermedad y al aumento de actividad física (vagabundeo).
-                      - Trastornos de masticación, que dificultan la toma de alimentos. 

          Los cuidadores de los enfermos de Alzheimer deben conocer estas consideraciones para poder facilitarle una nutrición adecuada.

     
Entorno

El entorno del enfermo de Alzheimer requiere que se hagan algunas modificaciones, pero sin cambios drásticos que puedan confundirle hasta el punto de que el medio deje de resultarle familiar.

Se deben facilitar la realización de las actividades básicas de la vida diaria (vestido, aseo, baño, alimentación…), aumentar la seguridad y prevenir accidentes (caídas, intoxicación). Con estas medidas conseguiremos aumentar su  independencia.
  
Autonomía

A medida que la enfermedad progresa se va perdiendo la capacidad para realizar los actos más comunes de la vida diaria como son:
-         -  Vestirse y arreglarse
-         -  Alimentarse
-         -  Bañarse y lavarse
-         -  Uso del retrete

Bajo la supervisión del cuidador, y en la medida de lo posible, se les debe hacer participes en la realización de todas estas actividades: por ejemplo, a la hora  alimentarse, se debe intentar que ellos mismos utilicen los cubiertos, evitando darles la comida; en la actividad del baño es recomendable establecer una rutina de horarios.


Por otra parte, necesitan orientación de los lugares donde se realizan estas actividades, para ello, se pueden señalizar con imágenes las diferentes estancias que queremos que recuerden.

Todo ésto les servirá como estímulo de la memoria, del lenguaje y de la actividad manual.






Hábitos:
Resumiendo y concretando, es aconsejable  considerar las siguientes pautas,  ya que pueden ayudar a tratar a estos enfermos  y a mantenerlos en las mejores condiciones durante el mayor tiempo posible:

1.  Ayudar a que el paciente reconozca su entorno. Es importante mantener una rutina diaria y que el paciente se encuentre rodeado de objetos familiares.
2.   Es habitual que el paciente se pierda con frecuencia. Hay que intentar saber donde se encuentra en cada momento. Puede ser útil poner campanas en las puertas exteriores de las casas.
3.   Asegurarse de que coman y beban adecuadamente puesto que no tienen sensación de hambre y sed de forma normal.
4.   Intentar que se mantenga independiente el mayor tiempo posible, fomentando el autocuidado.
5.   Intentar que disfrute de una actividad física el mayor tiempo posible, que camine o haga ejercicio.
6.   Favorecer las relaciones sociales manteniendo las visitas de amigas y familia.
7.   Emplear ayudas escritas para la memoria como calendarios, relojes, listas de tareas, o etiquetas en los objetos cotidianos.
8. Concienciar a la familia de que la enfermedad es progresiva y el deterioro cada vez mayor, atendiendo por adelantado necesidades futuras como sillas de ruedas, camas articuladas, etc.
9.  Revisar el hogar en cuestión de medidas de seguridad, como barras en la pared, cerca de la bañera, alfombras que no resbalen, etc.
10.  Dar apoyo emocional al paciente y a los cuidadores.
11.  Asegurarse de que el paciente toma la medicación que tenga prescrita.
12.  Consultar con asociaciones y grupos de apoyo en caso de necesidad.




1 comentario:

  1. Francisco del Río13 de abril de 2012, 18:08

    Excelente trabajo. Mis más sinceras felicitaciones a los autores que han sabido resumir de forma concreta los aspectos más relevantes de la enfermedad, incluidos los sociológicos. Enhorabuena a la profesora que los h coordinado. Sin duda este es un buen ejemplo de educación sanitaria que permite entender un problema de gran trascendencia a los más jóvenes, y que seguro que además, desafortunadamente tienen algún caso próximo de familiares ancianos con alzheimer. No cabe duda que coordinar a los alumnos en estas edades en temas sanitarios de importancia como éste permitirá una sociedad más sana y posiblemnte, algo más feliz.

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